Hola cinéticos, aquí Willirex comentando. Hoy vamos a hacer una crítica de Cielo de Medianoche. Al principio me asusté porque pensaba por el título que era un culebrón hondureño pero resulta que es el cover que George Clooney ha hecho de Interstellar.
AVISO: Esta crítica contiene esa palabra inglesa que usamos cuando no queremos que la gente que no ha visto el Sexto Sentido sepa que Bruce Willis está muerto.
Pues yo fui de esos que esperaron a su estreno en Netflix para verla. A todos les digo que fue por responsabilidad ciudadana y por reducir el riesgo de contagio. Pero dejémonos de rollos porque la realidad es que sale más barato y la veo tumbado en el sofá con los pies encima de la mesa.
La historia comienza con George Clooney, que hace de Papá Noel, pero vestido como un leñador canadiense. Está en un centro espacial en el Ártico, con sus movidas de mirar pantallas y colocarse con su propia sangre. La Tierra ha petado y ahora es Mordor, pero en los polos se está del chill.
De repente aparece de la nada una niña, como me pasó a mí con un rollete que tuve en Conil. La chavala no habla ni delante del juez, pero a Clooney se la sopla y al guionista le viene de lujo porque así le sirve para explicar cosas que de otra manera tendría que explicar con imágenes.
Por otro lado, en una galaxia muy muy lejana, una nave intenta regresar a la Tierra después de ir a por unos mandaos. En la tripulación van dos blancos, dos negros, un mexicano y una mulata, esta última dentro del vientre de la blanca (Felicity Jones, que muy Felicity no se la ve). Navegan a ciegas porque no consiguen sintonizar el radiotaxi.
Entonces Clooney decide cambiarse a un hotel con una antena más grande para así poder avisar a la nave de que aquí en la Tierra ya no hay plan y que se vayan buscando otra cosa para el finde. La nave por su parte decide meterse en una tormenta de meteoritos. Pero tranquilos que los impactos de rocas de fuego a cientos de km/h se arreglan con un poco de spray y un soplete.
La tripulante joven la espicha y el abuelo Clooney sobrevive a una noche a la interperie en el Ártico, en medio de una ventisca y empapado tras caerse a un lago. Cosas de la vida.
Finalmente George y la niña llegan al nuevo garito y consiguen contactar con la nave. Dos de los tripulantes deciden volver a la Tierra a freírse porque sí y la parejita prefiere volver al paraíso.
Y listo. Todo esto sucede para que al final nos enteremos de que la preñada es la hija de Clooney y la niña es la asesina, o algo así.
La peli está bien porque hay naves que explotan y viejos que caen a lagos congelados, pero está mal porque hay mucho diálogo técnico y la historia avanza al ritmo de un tractor.
No salen desnudos, lamentablemente. Así que mi calificación es de 6 lanzallamas sobre 10.