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Juanca Van Dan – Crítica de Érase Una Vez en Hollywood

Hola cinéticos, vuelve el influencer del espectador medio para hablar de Érase Una Vez En Hollywood, película de un tal Quentin Tarantino, que por lo visto eres mala persona si no le adoras.

AVISO: Esta crítica contiene esa palabra inglesa que usamos cuando no queremos que la gente que no ha visto el Sexto Sentido sepa que Bruce Willis está muerto.

Como tantas otras veces, me han engañado. Yo pensaba que esto iría sobre los crímenes de la familia Manson y resulta que va sobre actores haciendo cosas de actores. Y yo pensaba que sus vidas era todo sexo y videoclips de Maluma, pero resulta que tienen que estudiar sus papeles y arreglar sus antenas parabólicas. De locos.

Nos presentan al protagonista, un tal Rick Dalton, que se parece a Leonardo DiCaprio. Por lo visto, los actores no saltan de sus coches a 280 km./h, tienen esclavos que lo hacen por ellos y se llaman dobles. El de Rick se llama Cliff Booth y se parece a Brad Pitt.

Y a partir de aquí, Rick empieza a ir de un lado para otro, a reunirse con un tío que se parece a Al Pacino y a llorar porque antes molaba y ahora es un Eduardo Noriega de la vida. Mientras, su doble le da hostias a Bruce Lee y comida gourmet a su perra. Yo voy con este, que tiene las cosas más claras.

La escena más erótica del film

Sigue la historia y aparece una actriz que es un pibón y es increíble cómo se parece a Margot Robbie. A esta le gusta liarse con enanos y es bipolar: un día se va de juerga a la Mansión Playboy y al día siguiente está del chill en el cine viéndose a sí misma. No os emocionéis porque la única carne que enseña es la de la planta de sus pies. Y bien sucios, porque estamos en 1969 y en ese siglo la gente no se blanqueaba el ano.

Mientras su jefe olvida sus líneas de diálogo, el que se parece a Brad Pitt recoge a una adolescente hippie solo para decirle que no piensa acostarse con ella. La lleva a un rancho donde parece que se va a liar parda, pero al final resulta que están todos felices de vivir en la mugre a cambio de fornicar con un viejo. Cliff Booth le hace una cara nueva a un hippie y poco más.

El salvaje Oeste

Siguiendo al protagonista con la cara de DiCaprio, vemos cómo en Hollywood tus sueños de impresionar a una niña de 8 años se cumplen. El pavo vuelve a ser importante y se va a trabajar unos meses a Italia volviendo casado con Sophia Loren.

Y tras dos horas de hablar y ver cartelería de los 60’s, por fin la Familia Manson decide atacar. En vez de ir a por la rubia, la dejan bailando en su casa para matar al protagonista. Y llega lo que todos los espectadores medios estábamos esperando: un perro mordiendo la entrepierna de un hippie y una china a la parrilla. Un intento de homicidio es todo lo que hacía falta para que la vecina celebrity te eche cuenta y te invite a unos margaritas. Esa es la moraleja.

El termostato de los ricos

Pero, ¿qué queréis que os diga? Cinco minutos de acción no compensan dos horas y pico de palabras y cuerpos vestidos. Todos los cinéticos sabemos que el buen cine debe tener mucha acción y poco bla bla bla.

Así que mi calificación es de 5 katanas sobre 10.

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