Una vez conocida la lista de nominados de la 73ª Edición de los Globos de Oro, también se han ido haciendo públicos nuevos aspectos que regirán la gala.
En primer lugar, la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, ente organizador del evento, ha convenido en que la gala no dará comienzo hasta que “todos hayan cogido el puntito”.
Para asegurarse de que eso ocurra, miembros de la Guardia Civil española patrullarán las mesas haciendo la prueba del alcoholímetro a los presentes. Para incentivar el achispamiento, los 25 primeros invitados que den la tasa en el primer intento, podrán presentar un premio en la edición del año que viene. Además, se les regalará un microondas y una sesión de botox.
De igual manera se cambiará el clásico champán de 300 dólares la botella por garrafón y Negrita, ya que “sube antes”, según comenta Borja Pochólez, un experto de 15 años contratado para llevar a cabo estas medidas. “A Tom Cruise le daremos Malibú con piña, tampoco queremos que ocurra un accidente”, recalcó Pochólez.
El joven catedrático en temas etílicos tiene como misión conseguir el mayor punto de embriaguez en la sala durante la entrega del premio a Mejor Película Extranjera, para hacerla “más soportable”.
Según organizadores del sarao, esta medida está dirigida a evitar casos como el de Tommy Lee Jones en 2003, cuando mató con la mirada a los presentadores mientras hacían chistecillos. Bajar el nivel de las bromas se ha vuelto indispensable para que cantantes, estrellas acabadas e ídolos adolescentes puedan presentar premios.
Dado que alguno de los presentes puede tener intolerancia al alcohol, se ha previsto que Ricky Gervais y Charlie Sheen echen el aliento a aquellos que no puedan beber.
Los responsables de la gala recomiendan a los telespectadores que también le den al Legendario para “convertir la antesala de los Oscars, en la antesala del Pachá”. Para ello, se animará a hacer el juego del chupito cada vez que la cámara enfoque a Leonardo DiCaprio o Brad Pitt o cada vez que Meryl Streep se quite méritos mientras alguien desde el escenario le dora la píldora.
Entre otras medidas adicionales se ha acordado instalar rápidamente unas escaleras mecánicas al escenario en caso de que Jennifer Lawrence gané algún premio, para evitar caídas.