Ernesto es un padre de familia de Salou que se encuentra ante una incómoda situación. Su hijo Victor, de 13 años, no le ha pedido que le lleve a ver el nuevo lanzamiento de Pixar, titulado Del Revés.
“Hasta ahora no había problemas”, comenta el padre. “Cada vez que Pixar lanzaba algo nuevo en seguida mi hijo me pedía que lo llevara al cine, al estreno. Y eso me hacía feliz, porque me encanta Pixar”.
Sin embargo, Ernesto se ha encontrado esta vez con un panorama muy distinto. Tras varias semanas posteriores al estreno de lo último de Pixar, Víctor aún no ha acudido a su padre para que le lleve a verla.
“La culpa la tiene ese maldito YouTube… y el Rubio ese, y el Willyrés y todos esos payasos que tienen a mi hijo hipnotizado”, manifiesta Ernesto. El joven Victor reconoce que ya no siente la misma pasión por el cine de animación como antes. “He madurado, las pelis de niños ya no me van. Me dan sida y es todo muy WTF. ¡¡¡Suscribíos a mi canal!!!”.
El sufrido padre intentó de manera indirecta provocar la ansiada petición a su hijo con acciones tales como mandarle el tráiler por WhatsApp para segundos después enviar un mensaje diciendo “ups, para ti no era, saca la basura”. Otra medida que no tuvo éxito fue reventar “accidentalmente” su lámpara de noche sustituyéndola por una similar a la mascota de Pixar.
Ernesto no contempla la opción de ir a verla por su cuenta. “Se reirán de mí, verán que no voy con un niño y dirán que no soy un machote, que tuve una infancia triste y que necesito la aprobación de los demás”, lamenta el atribulado padre de 44 años. Su mujer se ofreció a ir con él, pero Ernesto se niega ya que entonces “pensarán que mi mujer me arrastra y que necesito la aprobación de los demás”.
El padre sigue explicando su situación: “Ya sé que hay muchos adultos como yo que les gusta Pixar, pero no podemos mostrarlo. Es como oler los calcetines antes de tirarlos al tiesto de la ropa sucia, todos lo hacemos, pero no lo confesamos… Eh… ¿puede borrar esto último?”.
La situación se agravó hace unos días cuando el joven Víctor estuvo a punto de ir a verla con la chica que le gustaba, pero la rápida actuación de Ernesto evitó el desastre. “Sospechaba que algo así podría pasar, por ello cada noche me infiltraba en su cuarto, cogía su móvil y leía sus WhatsApps”, explica. “Tuve que ofrecerle a la chavala 200 euros y entradas para Abraham Mateo para que se olvidara de llevar a mi hijo al cine”.
También se planteó imponerse y obligar a su hijo a acompañarle, pero no lo llevó a cabo porque “eso no es lo que haría el padre de Buscando a Nemo”, al que considera su modelo a seguir.
Ante el panorama poco alentador que le ofrece su hijo, Ernesto ha decidido buscar un niño de alquiler para que le acompañe. Los interesados pueden mandar su solicitud a essoloparaverlapelideverdad@gmail.com